Por raro que parezca por su nombre, la receta de cebolla caramelizada no lleva azúcar, la propia cebolla contiene este ingrediente y al cocinarlo despacio hace que “caramelice”. Elaborar cebolla caramelizada es rápido y sencillo, tan solo hay que tener en cuenta un par de indicaciones, y dedicar algo de tiempo a pelar y cortar la cebolla del tamaño que deseemos.
El tipo de corte estará relacionado con el fin al que vayamos a destinar la cebolla, si queremos que ésta se vea, asumiendo una buena parte del protagonismo de un plato, la cortaremos en juliana, y, si queremos que pase desapercibida, la picaremos finamente.
La cebolla caramelizada es una base estupenda para muchas salsas. Añádela a una base de pizza justo después del tomate, y sorpréndete con su delicioso sabor. Introduce este ingrediente en nuestra receta de pizza con salchichas alemanas, o en nuestra tortilla de patatas sin huevo, y disfruta del toque dulzón que la cebolla caramelizada transmite a los platos.
INGREDIENTES [Según tamaño cebolla]:
Cebollas grandes – 2 unidades
Aceite de oliva – 4 cucharadas grandes
Agua – 2 cucharadas grandes
Sal – 1 gramo
ELABORACIÓN DE LA RECETA
Una vez que hayamos decidido el uso que vamos a dar a nuestra cebolla caramelizada, aplicamos un corte u otro a nuestra cebolla cruda.
En una sartén, o una cacerola, con tapa, echamos el aceite de oliva y lo calentamos a fuego medio.
Una vez que el aceite ha cogido calor, añadimos la cebolla cortada o picada, según el caso. Removemos bien la cebolla para que se impregne de aceite. Cocinamos a fuego suave, con la tapa puesta, removiendo de tanto en tanto y prestando atención a que la temperatura sea la adecuada para que nuestra cebolla no se queme. Todo el proceso puede alargarse en torno a 1 hora. Es importante trabajar a temperaturas bajas para que la cebolla no se queme, lo que podría estropear el resultado final. En una placa vitrocerámica, cuya potencia esté regulada de 1 a 9, usaremos el nivel 3.
A medida que avanza la cocción, la cebolla se vuelve cada vez más transparente. Simplemente destapamos cada pocos minutos y removemos para que la cebolla se haga de manera uniforme.
Con el paso de los minutos, la cebolla va virando de un color blanquecino transparente hacia un color con tonos marrones que se van intensificando poco a poco. Esto se debe a que los azúcares que hay en la cebolla comienzan a fundirse, impregnando de distintos tonos caramelo toda la cebolla.
Cuando empiezan a aparecer tonos marrones, y el volumen de la cebolla es la mitad de cuando iniciamos el proceso, añadimos las dos cucharadas grandes de agua y removemos. Observamos como la cebolla adquiere una textura más cremosa, ya que el agua actúa disolviendo los azúcares y formando una especie de melaza que recubre toda la cebolla, intensificando su color marrón caramelo.
Cuando la cebolla adquiera un color marrón intenso, añadimos la sal, removemos, cocinamos 2 ó 3 minutos más y apartamos del fuego. Ya tenemos lista nuestra cebolla caramelizada.
ANOTACIONES Y CONSEJOS
Si quiere acelerar el proceso de caramelización de la cebolla, puede añadir una cucharada pequeña de azúcar integral. El azúcar se añade a la vez que el agua.
Otra manera de acelerar el proceso, es usar bicarbonato sódico, a razón de 1 gramo por cada cebolla utilizada. Añadiremos el bicarbonato al principio, cuando pongamos la cebolla en la sartén.